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Siempre quería ver cómo vivía la iglesia del primer siglo, experimentar lo que Lucas describe en Hechos 2.
Hechos 2:42-47
42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Durante mi vida, he tenido la bendición de sentir ese mismo espíritu en varias congregaciones. Y cuando lo veo en acción, hay unos elementos fundamentales, enlistados en el texto, que tienen que estar presente para revivir y sentir el espíritu de la iglesia primitiva.
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Escrito por Mackenzie Lancaster
Mateo 28: 18-20
Jesús se aceró entonces a ellos y les dijo: me ha dado toda autoridad en el cielo la tierra. Por tanto, vayan hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos nombre del padre hijo espíritu santo, enseñándoles obedecer todo lo que he mandad ustedes. Aseguro estaré con ustedes siempre, hasta fin mundo.""
La gran comisión. Un versículo pesado e inspirador de la Biblia que oímos con frecuencia. Cuando oigo estos versículos en el culto, la persona que lee siempre dice “vayan” como si estuviera escrito en letras mayúsculas, en negrilla y subrayado tres veces. El mismo énfasis esta puesto en cada imagen del versículo que yo veo.
Poniendo énfasis en “vaya” es inspirador, pero… incompleto.
