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Llamada a escuchar por el profeta Jeremías
Semana 3, Día 6
Como alguien que se mantiene muy ocupada siempre, cuyos pensamientos siempre dan vueltas con una variedad de oficios, calendarios, agendas, compromisos, y personas, me cuesta pararme a escuchar, o estar totalmente presente en el momento y escuchar. Escuchar a Dios, a otros, y al mundo. El libro de Jeremías tiene más referencias al tema de escuchar u oír que cualquier otro libro de la Biblia. Y es en referencia al lamento de Dios por el no escuchar de Su pueblo. No quiero ser causa del lamento del Padre. Y sé que tú tampoco lo quieres ser. Ya has tomado la decisión de escuchar la voz del Padre estos cuarenta días de devoción. ¡Te felicito!
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Oídos rebeldes nos llevan a lágrimas dolorosas
Semana 3, Día 5
A lo largo del Antiguo Testamento, escuchamos más la voz del Padre que la del Hijo o la del Espíritu Santo. Y habló, principalmente, a través de los profetas. Sin embargo, los israelitas nos dan muchos ejemplos de quienes no escucharon. O si escucharon, no obedecieron. Cuando Dios habla por el profeta Isaías en el capítulo 48 (NVI), se dirige a “la familia de Jacob… los que llevan el nombre de Israel.”
Isaías 48:8, 17-19, NVI
8 Nunca habías oído ni entendido;
nunca antes se te había abierto el oído.
Yo sé bien que eres muy traicionero,
y que desde tu nacimiento te llaman rebelde.
17 Así dice el Señor,
tu Redentor, el Santo de Israel:
«Yo soy el Señor tu Dios,
que te enseña lo que te conviene,
que te guía por el camino en que debes andar.
18 Si hubieras prestado atención a mis mandamientos,
tu paz habría sido como un río;
tu justicia, como las olas del mar.
19 Como la arena serían tus descendientes;
como los granos de arena, tus hijos;
su nombre nunca habría sido eliminado
ni borrado de mi presencia.