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¿Cómo ves a Jesús? ¿Un bebé en el pesebre? ¿Crucificado en la cruz? ¿Ausente de la tumba? ¿Morando en tu corazón?
¿Cómo fue que María veía a Jesús?
Sabemos que María atesoró todo en su corazón mientras Jesús crecía en sabiduría, estatura, y a favor con Dios y el hombre.
Cuando Jesús convirtió el agua en vino en Caná, ¿le vio como el Cristo o como el niño que comió y bebió de su mesa?
Cuando Jesús sanó a los enfermos, ¿reflexionó en los momentos cuando él o sus hermanos estaban enfermos en la casa?
Vemos a María en diferentes momentos durante el ministerio de Jesús. Parece ser un seguidor fiel, pero quién sabe cuánto sabía sobre el niño que había llevado en su vientre.
Una reflexión reciente sobre Lucas 1 y su canción de adoración me proveyó de una perspectiva nueva – una que afirma por qué fue escogida para llevar el bebé Jesús.
Cuando el ángel primero apareció a Zacarías, él responde con dudas, “—¿Cómo podré estar seguro de esto? —preguntó Zacarías al ángel—. Ya soy anciano y mi esposa también es de edad avanzada. (Lucas 1:18)
Al contrario, la respuesta de María, aunque está sorprendida, hace su pregunta de una forma distinta, “¿Cómo podrá suceder esto?” No pregunta si es posible. No responde con duda, sino con creencia y pide aclaración sobre el cómo. Estaba totalmente entregada.
Luego, su respuesta inmediatamente se convierta a una de sumisión – aceptación humilde de lo que Dios le ha llamado hacer. Estaba totalmente entregada.
Si yo fuera María, haría mil preguntas: ¿Y si José no se casa conmigo? ¿Qué tal si otros no me creen y me apedrean? ¿Por qué yo? ¿Cómo puedo estar segura de eso? Llevas 400 años en silencio…
Pero no respondió en ninguna de esas formas. ¿Cómo respondió? Con alabanza. Estaba totalmente entregada.
Lucas 1:46-55 nos relata su canción y oración en adoración a Dios (abajo).
¿Y sabes lo que significa magnificat? “Mi alma glorifica o magnifica el Señor.” Magnificar: engrandecer. María reconoce de inmediato que no se trata de ella misma. El enfoque es Dios. Ella es simplemente un instrumento. Estaba totalmente entregada.
En su canción de oración, María da gracias a Dios y adora su nombre, reconociendo quien es Dios y lo que hace. Y de eso se trata su oración. Estaba totalmente entregada.
Si fuera mi canción, incluiría unas peticiones también, dado que es el enfoque principal de la mayoría de mis oraciones.
Me inspira el ejemplo de María de sumisión humilde y adoración. Sin dudas. Sin peticiones. Sin glorificarse. Mi alma magnifica el Señor, totalmente entregada.
¿Cómo puede ser tu vida una magnificat hoy, una manifestación de totalmente entregada?
Lucas 1:46-55
46 Entonces dijo María:
«Mi alma glorifica al Señor,
47 y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador,
48 porque se ha dignado fijarse en su humilde sierva.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
49 porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí.
¡Santo es su nombre!
50 De generación en generación
se extiende su misericordia a los que le temen.
51 Hizo proezas con su brazo;
desbarató las intrigas de los soberbios.
52 De sus tronos derrocó a los poderosos,
mientras que ha exaltado a los humildes.
53 A los hambrientos los colmó de bienes,
y a los ricos los despidió con las manos vacías.
54-55 Acudió en ayuda de su siervo Israel
y, cumpliendo su promesa a nuestros padres,
mostró su misericordia a Abraham
y a su descendencia para siempre».
¿Cómo puede ser tu vida una magnificat hoy, una manifestación de totalmente entregada?
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Cuando el gozo no fluye, pero sigues entregada
Escrito por Débora Rodrigo
El mandato a regocijarnos en medio de las tribulaciones y estar gozosos en todo momento ha sido para mí, en muchas ocasiones, un reto incomprensible. Entiendo que la salvación es un motivo más que suficiente para estar gozosa y para desprender alegría. Pero hay situaciones en la vida en las que, sinceramente, sonreír es lo que menos me apetece.
Debemos entender que el gozo es algo mucho más profundo que la emoción de la alegría, que es momentánea y cambiante.
El gozo es un estado del alma, de lo más profundo de nuestro ser. Podemos tener un día horrible en el que todo sale mal; o podemos estar incluso pasando por una temporada especialmente difícil en nuestra vida. Eso producirá un cambio en nuestras emociones, y probablemente puedan mantenerse así durante unas horas, días, o semanas. Pero las circunstancias de la vida, ya sean pequeñas o grandes, no son las responsables del estado emocional de nuestra alma.
¿Qué hay dentro de tu alma? ¿Hay gozo?, ¿o hay amargura? Puede parecer un tanto difícil identificar el estado de tu alma, pero en realidad, es mucho más sencillo de lo que pensamos. Observa tu conducta, escucha tus palabras y analízalas. El mismo Jesús nos dio la clave en Lucas 6:45: lo que almacenamos en nuestro interior es lo que se refleja en nuestra conducta y nuestras palabras. Si tenemos el alma inundada de amargura, amargura saldrá de nosotras, ya sea un día bueno, en el que todo parece ir bien, o un día malo, donde las cosas se tuercen. Si, en cambio, lo que predomina es gozo, irradiaremos gozo inevitablemente. Lo que está claro es que una fuente no puede echar por una misma abertura agua dulce y agua amarga (Stgo. 3:11). Una de dos, o estás salpicando con gozo a los demás o les estás salpicando con amargura. Y por experiencia propia te digo: es muy fácil inundar nuestra alma de amargura, supongo que por eso Pablo repite con tanta insistencia que nos regocijemos.
Sea cual sea la situación que atraviesas en este momento de tu vida, sea que las circunstancias sean propicias o que se tornen contrarias; si la invitación a regocijarte te resulta inalcanzable, probablemente hayas dejado que el mar de amargura invada tu alma. Tengo buenas noticias para ti: el agua amarga puede ser convertida fácilmente en agua dulce. Sólo tienes que clamar a Dios y pedirle que te muestre qué hacer, así como se lo enseñó a Moisés (Éx. 15:23-25). Una simple oración fue suficiente para que Moisés supiera qué hacer para que el agua amarga con el que calmaría la sed del pueblo fuera transformada en agua dulce. Cambiar esa agua que invade tu alma no es más difícil para Dios que cambiar el agua física en la historia de Moisés. Clama a Dios, y Él responderá, Él tiene la clave para que esa agua amarga que te inunda se convierta en agua dulce. Él es la clave para que de tu fuente fluya gozo.
#HermanaRosadeHierro #MHRH #gozo #Dios