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“Tienes que hacer cosas locas para no volverte loca.” Este refrán es uno de los muchos consejos sabios que mi mamá, Jocelynn Goff, ha compartido con mis hermanas y conmigo. Sin embargo, la sabiduría que más atesoro de ella es el legado espiritual y el ejemplo del tiempo en la Palabra y en comunicación con el Padre.
Fuera de las historias que compartía (y créeme que ella tiene una historia para todo), o por la perspectiva que nos daba, aprecio que mi madre es mi madre física, mi madre espiritual, y mi hermana en Cristo.
Valoro la sabiduría que ha impartido y las maneras en las cuales yo puedo, de la misma manera, pasar a otras para que la puedan también compartir con otras.
Esa práctica es de lo que se trata este ministerio: equipar a las mujeres para que se conecten con Dios y con otras mujeres más profundamente – compartiendo la sabiduría que Dios nos ha dado al ser y equipar a madres espirituales, mentores, y Hermanas Rosas de Hierro las unas a las otras.
Hoy es el cumpleaños de mi mamá y en su honor, les comparto una foto del legado de fe de mi abuela, a mi madre, y a mí… Que sean inspiradas a pasar las palabras sabias a otras, palabras de ánimo e inspiración como Hermanas Rosa de Hierro.
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Algunos viven con un presupuesto. Otros acumulan deudas en sus tarjetas de crédito. Sean ricos o pobres, en abundancia, o en necesidad, todos sentimos el estrés económico y tenemos que decidir cómo gastar lo que tenemos.
Timothy Keller, en su libro, El Dios Pródigo, define la palabra pródigo como el que lo gasta todo, o que gasta extravagantemente…
En Mateo 13:45-46, vemos la parábola de la perla de gran precio o valor. No sabemos la condición económica del comerciante en búsqueda de perlas finas. No sabemos cuántas perlas ya había encontrado.
Lo que sí sabemos es que cuando encontró esa perla, fue y vendió todo lo que tenía para poder comprarla. Sacrificó todo por esa perla de gran precio.
Dios sacrificó Su hijo unigénito, pagó el precio para que pudiéramos ser Suyo.
¿Qué estás dispuesta a sacrificar para poder ser Su discípulo (Lucas 14:33)? La viuda dio sus últimas dos monedas (Lucas 21:1-4).
Esa práctica económica parece tonta al mundo, pero reconocemos que es gastar sabiamente.
Dios te ve como la perla de gran precio. ¿Le ves de la misma manera?