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Dieciocho veces en el libro de Job, se menciona la esperanza.
Job clama buscando esperanza.
»¿Qué fuerzas me quedan para seguir esperando?
¿Qué fin me espera para querer vivir? (Job 6:11)
Y en las palabras de sus amigos, Bildad y Zofar,
La esperanza es para quienes recuerdan de Dios.
Tal es el destino de los que se olvidan de Dios;
así termina la esperanza de los impíos. (Job 8:13)
Y hay seguridad en la esperanza.
Vivirás tranquilo, porque hay esperanza;
estarás protegido y dormirás confiado. (Job 11:18)
Sin embargo, sus palabras de esperanza se entremezclan con acusaciones y su propia interpretación de por qué Job está sufriendo.
En el capítulo 42, Dios reclama a esos amigos, pero no menciona el amigo joven de Job, Eliú. Puede que no le reclama porque es el único que habla defendiendo a Dios.
Cuando Eliú menciona el amor de Dios, se empieza a cambiar la perspectiva de Job y vemos que la esperanza entra en la conversación (Job 37:13).
Por lo tanto, cuando nosotros, como Job, anhelamos esperanza en medio del sufrimiento, la esperanza no es alcanzable sin un enfoque en el amor de Dios y la confianza que Dios está en control.
El amor de Dios es la fuente de la esperanza.

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El amor espera (1 Corintios 13:7).
La fe, la esperanza, y el amor son los tres que perduran (1 Corintios 13:13).
Y en Romanos 5, vemos que el amor es la fuente de nuestra esperanza y la razón por la cual nuestra esperanza no es en vano.
Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y no sólo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. (Romanos 5:2b-5)
Entonces, si te falta esperanza, el sufrimiento te abruma, luchas para perseverar, o te falla el carácter, te invito a ser rodeada por el amor de Dios.
Que el Espíritu Santo derrame tanto amor en tu corazón que sobreabunde en tu vida, llenándote de esperanza.